La insulsa realidad es el nombre con el que se refiere el autor, LC, a lo que nos queda tras la lectura de Alicia. Pero esa insulsa realidad, tras esta lectura puede volver a ser mágica si la miramos con los ojos curiosos de quienes desean ser felices en cada momento y descubrimos el milagro que reside en cada instante de nuestra vida. Todo es muy bonito si queremos verlo así. Alicia nos ha ofrecido optimismo y creatividad sin límites. Veamos las cosas con sorpresa. Observemos la maravilla de todos los detalles de la vida que fluye sin descanso a nuestro alrededor.
Leamos:
Pero sabía que le bastaba -volver a abrir los ojos para encontrarse de golpe en la aburrida realidad.
La hierba sería sólo agitada por el viento, y el chapoteo del estanque se debería al temblor de las cañas que crecían en él. El tintineo de las tazas de té se transformaría en el resonar de unos cencerros, y la penetrante voz de la Reina en los gritos de un pastor. Y los estornudos del bebé, los graznidos del Grifo, y todos los otros ruidos misteriosos, se transformarían (ella lo sabía) en el confuso rumor que llegaba desde una granja vecina, mientras el lejano balar de los rebaños sustituía los sollozos de la Falsa Tortuga.
Escribamos detalladamente, describamos, esa aburrida e insulsa realidad con la magia que nos queda de nuestra vida con Alicia. Abrimos los ojos y miramos a nuestro alrededor y todo se hace mágico. Por muy normal y corriente que sea nosotros lo vemos mágico. ¿O no?
Por supuesto, puedes hacerte un selfy junto a esa realidad de la que nos hablas. Eso sería ya lo más de lo más.
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